Breve historia de la fundación de nuestro monasterio

Situada en el centro de Andalucía y como concentración de su gracia, se halla la esbelta ciudad de Sevilla. Y añadiendo aún más gracia, como don recibido del cielo, surge en el siglo XVI una fundación de Monjas Mínimas. Se había fundado en Fuentes de León (Badajoz) en el año 1545 un convento de Mínimas de la Orden de San Francisco de Paula, bajo la advocación de «Jesús María del Socorro». Pero allí encontró obstáculos que les hizo decidirse a buscar otro lugar más conveniente.

Los Padres Mínimos que ya tenían fundación en Sevilla, animan a la Comunidad a solicitar su traslado a Triana, comprometiéndose a su atención espiritual. Es así como se lleva a cabo la fundación de «Nuestra Señora de Consolación» en la calle Pagés del Corro. Pero por aquel entonces el monasterio en Triana quedaba muy aislado y había mucha humedad por la cercanía del río Guadalquivir que incluso en 1595 les anegó el convento. Por estos motivos se decide un nuevo traslado a la calle Sierpes, en el centro de Sevilla.

Pero los trianeros ya se habían habituado a sus monjas. Se alegraban con el repique de sus campanas y se daban prisa para acudir a sus rezos. Incluso con la generosidad que les caracteriza compartían con sus Mínimas lo poco que tenían. Así que los vecinos de Triana se dirigen al Padre Provincial de los Mínimos solicitando el regreso de las monjas. La Comunidad en Sierpes era muy numerosa y la Madre pide voluntarias para volver a Triana. Así tenemos en 1602 dos conventos de Monjas Mínimas en Sevilla que llegaron a tener ambos hasta 60 monjas.

Con los avatares de la historia sólo perdura el de Triana con su titular «Nuestra Señora de Consolación«, donde ha habido monjas de gran santidad. La comunidad vende dulces artesanos y sigue caminando con fervor. Los vecinos saben que cuentan con la fuerza de la oración y el sacrificio de unas mujeres que dejaron todo lo suyo con el fin de vivir solamente para el Señor rezando por todos.

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